LOS CASOS DE LA CRIMINALIDAD RD Y SPM

San Pedro de Macoris; RD,; El general de esta provincia de spm, Mayor General Alberto Then , esta trabajando duro en contra de los delincuentes, y hay que decir que la criminalidad esta bajando en la gestión del duro de roer general de lA Pn en SPM,  ALBERTO THEN.
Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado; la delincuencia juvenil es uno de los problemas que crece cada día mas, es una de las acciones socialmente negativa que va a lo contrario fijado por la ley y las buenas costumbres creada y aceptadas por la sociedad.
La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de la sociedad, así mismo va contra las buenas costumbres ya establecidas por la sociedad.
En los siguientes dos capítulos analizaremos brevemente las principales causas de la delincuencia juvenil, cuando es realmente delincuencia juvenil y las estadísticas judiciales de los últimos cuatro años en cuanto a la delincuencia juvenil.
LA DELINCUENCIA JUVENIL Y LA VIOLENCIA.
ð La delincuencia juvenil.
La delincuencia juvenil ha aumentado de manera alarmante en los últimos tiempos pasando de ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social tanto por su incremento cuantitativo, como por su progresiva peligrosidad cualitativa.
ð La violencia
La violencia consiste en la presión ejercida sobre la voluntad de una persona, ya sea por medio de fuerzas materiales, ya acudiendo a amenazar para obligarle a consentir un acto jurídico. La violencia es un elemento que se encuentra comúnmente en la delincuencia juvenil y es uno de los factores que influyen a los jóvenes a cometer actos ilícitos llevados por la violencia.
ð Causas de la violencia
El fenómeno de la violencia es muy complejo. Hay muchas causas y están íntimamente ligadas una a la otra y conllevan a la delincuencia de los menores. En general estas causas se agrupan en biológicas, psicológicas, sociales y familiares.
Causas Biológicas de la violencia.
Se ha mencionado al síndrome de déficit de atención, como una causa de problemas de conductas que sumamos a la impulsividad que puede producir violencia.
Causas Psicológicas.
La violencia se relaciona de manera consistente con un trastorno mental -en realidad de personalidad- o trastorno antisocial de personalidad y su contraparte infantil el trastorno de conducta.
El trastorno antisocial de la personalidad se establece entre los 12 y 15 años aunque a veces antes, y consiste en el comportamiento desviado en el que se violan todos los códigos de conductas impuestos por la familia, la escuela, la iglesia, etc. El individuo actúa por el impulso del momento y no muestra arrepentimiento por sus actos, estas violaciones persistentes de las reglas se manifiestan como vandalismo.
ð Causas Sociales
La desigualdad económica es causa de que el individuo desarrolle desesperanza. Más importante como causa social, es la llamada subcultura delincuente; hay comunidades, barrios, etc. donde niños y niñas y adolescentes saben que para pertenecer a un grupo y formar parte de su comunidad necesitan pasar algunos ritos de iniciación, entre los que se encuentran: Robar, asaltar o quizás cometer una violación.
ð El entorno familiar
En la familia, los dos factores que con mas frecuencia se asocian al desarrollo de la violencia son tener familiares violentos y/o que abusen de sustancias prohibidas. Un entorno familiar destructivo potencia las predisposiciones congénitas que algunos individuos tienen frente a la violencia y por si misma producen individuos que perciben a la violencia como un recurso para hacer valer sus derechos dentro de la familia.
ð El individuo violento.
En los individuos violentos vemos la interacción de los trastornos ya mencionados, por ejemplo, en los delincuentes crónicos se encuentran varios o todos los siguientes rasgos:
ð Sociabilizacion pobre como niños: pocos amigos, no conservan las amistades, no tienen lazos afectivos profundos, etc.
ð Poco supervisado o maltratado por sus padres, los dejan solos, a su libre albedrío y cuando están presente entonces lo maltratan.
ð Buscan sensaciones de formas continuas; desde chicos ya son “niños problemas” y los mecanismos de control social no tienen gran influencia en ellos.
ð Manejan perjuicios como parte de su repertorio
ð Abusan del alcohol.
ð Nunca han estado seriamente involucrados en una religión.
ð Carecen de remordimiento o pretenden elaborar la culpa y así evitarlo.
ð Evitan asumir responsabilidades de sus actos construyendo casi siempre una pantalla o justificación.
ð Concepto de delincuencia
Delincuencia: conjunto de infracciones de fuerte incidencia social cometida contra el orden publico.
Esta definición permite distinguir entre delincuencia (cuyo estudio a partir de una definición dada de legalidad considera la frecuencia y naturaleza d los delitos cometidos) y criminología (que considera la personalidad, motivaciones y las capacidades de reservación del delincuente) Visto el concepto de la delincuencia resulta necesario delimitar el adjetivo juvenil, es decir ¿Cuándo la violencia es juvenil? Por dentro del campo de las ciencias penales viene entendiéndose por delincuencia juvenil la llevada a cabo por personas que no han alcanzado la mayoría de edad, mayoría de edad evidentemente penal.
El termino delincuencia juvenil no tiene el mismo significado para todos. Definen dos puntos de vistas, primero determinar la edad a partir de la cual se puede hablar de delincuente juvenil y el segundo que radica en determinar cuales deben ser los conductos que dan lugar a que se califique a un joven como delincuente. Por cuanto se hace a la edad en que podemos referirnos a la delincuencia juvenil, participamos del criterio de estimar como tales a los que cuentan con más de 14 años de edad. El menor infractor lo podrá ser hasta los 14 años de edad, a partir de ese límite se le debe considerar como delincuente juvenil con el grado de responsabilidad ya apuntado.
ESTADÍSTICAS DE LA DELINCUENCIA JUVENIL EN REPÚBLICA DOMINICANA EN LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS.
ð Las estadísticas de sometimientos policiales
Las estadísticas de sometimientos policiales a menores son alarmantes. Los números indican que cada tres horas un adolescente es sometido a la justicia por cometer una infracción a la ley penal.
En el periodo 2001-2004 se produjeron un total de 11,944 casos por diversos delitos, entre ellos: robos, drogas, homicidios, violaciones, secuestro y atracos. Esta cifra representa el 10% de los homicidios anuales de Republica Dominicana.
En los 5 centros de atención integral de menores 42 adolescentes cumplen condena por homicidio de los cuales 3 son niños.
En otro orden los menores son frecuentemente usados como mulas en la venta y distribución o consumo de drogas. En el referido periodo, una cantidad de 1,101 (9%) fue sometido a los tribunales por estas causas.
Las armas de fuego llegan con mucha facilidad a la mano de los menores, entre los años 2001-2004 se registraron 404 expedientes. Pero lo que más llama la atención es la cantidad de robos cometidos por los pequeños infractores, una cifra de 5,443 sustracciones en cuatro años, el 45% de todas las infracciones, además de 129 atracos y 32 secuestros.
Por otra parte las violaciones sexuales han dejado también sus numeritos, registrándose 316 casos. Cabe destacar otros medios de violencia que han marcado la lista de hechos en que han participado menores, reseñándose 1679 riñas y agresiones físicas.
Dentro de estos casos esta el de un estudiante de quince años de edad quien el 9 de Junio de 2005 (según el periódico El Nacional) penetró a la escuela primaria Valentín Michel, en un barrio de la ciudad de Moca, agrediendo al director del centro Bolívar de Luna Gómez a dos profesores, a la secretaria y a otro menor de 14 años.
ð La ley 136-03 articulo 223
La ley 136-03, Código para el Sistema de Protección y los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, articulo 223 dice: “Los niños y niñas menores de 13 años en ningún caso son responsables penalmente, por lo tanto no pueden ser detenido, ni privados de su libertad, ni sancionado por autoridad alguna.” Muchos menores cuando se les pregunta la edad se quitan los años, “yo tengo menos de trece” dicen, como si conocieran el artículo referido del Código. En muchos casos estos niños son asesorados por los mayores quienes los utilizan a sabiendas de que la policía no le puede someter a la justicia.
ð Las estadísticas Judiciales
Estas no siempre coinciden con las policiales por la razón de que muchos expedientes llegan a los tribunales por vía directa del Ministerio Publico. Sin embargo existen varias semejanzas.
En el 2002 en los tribunales de primera instancias de niños, niñas y adolescentes recibieron una cantidad de 2,395 expedientes; el 45% (1,095) de ellos corresponden a infracciones de robo, casi lo mismo aconteció en el 2003, los expedientes que entraron ascendieron a 2,416, e igual que el año anterior el 45% (1,125) por robo.
Los tribunales del Distrito Nacional, Santiago, San Cristóbal, Puerto Plata, San Pedro de Macorís y La Romana concentran el 75% del total de los casos.
Las estadísticas judiciales del año 2004 son similares alas de los periodos anteriores. Para el 2005 hasta el mes de Junio un total de 308 adolescente se encontraban en los centros de detención; 98 en el Instituto Preparatorio de Menores La Vega, 103 en el Instituto Preparatorio de Menores San Cristóbal, 22 en el Instituto de Menores Salomé Ureña en Villa Juana, 40 en el Centro de Evaluación de Menores Cristo Rey, 45 en el Centro de Najayo.
En total son 308 adolescentes por infracciones tales como:
Atracos 17
Homicidio 42
Robo 125
Violencia Sexual 26
Drogas 30
Armas ilegales 15
Riñas 28
Otras 25
Total 308
Independientemente de la entrada en vigencia de una nueva legislación (Ley 136-03) los números no reflejan una disminución de los expedientes penales que involucran a los menores.
Ante el cúmulo de expedientes, la violencia que azota Rep. Dom. se incrementa muy rápidamente sin que a la fecha se conozca plan alguno que garantice en lo mas mínimo la baja de sus índices.
LAS RESPUESTAS TRADICIONALES AL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA JUVENIL
Dentro del marco constitucional y en forma bastante moderada, algunos sectores (dentro de los cuales se ubican en su mayoría los mismos órganos represivos del Estado y los Tribunales, así como los medios de comunicación colectiva) proponen las "soluciones" tradicionales al problema de la delincuencia juvenil.
Estas respuestas están inspiradas en la idea de "endurecer" el sistema penal dentro de los límites constitucionales, con algunas medidas que son las que siempre se han utilizado con mayor frecuencia para combatir la criminalidad
El endurecimiento de las penas:
una de las respuestas que solemos encontrar con mayor frecuencia para combatir la criminalidad en general, es la de aumentar y fortalecer la dureza de las penas previstas en el Código Penal y leyes especiales, con la esperanza de que constituyan una forma de desestimular la conducta proclive al delito. Los penalistas denominan ésta la función de prevención general o intimidación, reservada a la pena incluida en el tipo penal.
Si bien en materia de menores los montos de la pena de prisión previstas en cada figura delictiva no tienen aplicación directa, la verdad es que siempre tiene alguna incidencia porque los tribunales de menores tienden a establecer el tipo de "medida tutelar" en proporción a la gravedad del hecho y a la gravedad de la pena prevista para los adultos en la ley, más que a las necesidades de tratamiento y atención que requiera el menor.
De acuerdo con esta idea, las personas (menores) no van a cometer hechos delictivos si la pena prevista en la ley para esos delitos es dura y grave. Se tiene la creencia que existe una relación directa entre cantidad y gravedad de la pena por un lado y no inclinación hacia el, delito. En realidad no existe una relación directa entre gravedad de la sanción y desestímulo del hecho.
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La prevención antes que la represión:
Esta parece ser la regla básica en materia de menores, a la que debiéramos dedicarle mayores esfuerzos institucionales. La mejor manera de prevenirse contra la delincuencia juvenil es la de impedir que surjan delincuentes juveniles, para lo cual se requieren adecuados programas de asistencia social, económica, educacional y laboral.
. Es obvio que debemos prevenir la delincuencia juvenil, y en esto no creo que haya disidentes. El problema está en ver si estamos dispuestos a intentarlo, y más aún, a transformar ese deseo en una verdadera política de gobierno en todas sus implicaciones, pues requiere de la participación de una gran cantidad de sectores, tanto públicos como privados. La prevención verdadera implica el desarrollo de políticas y programas que permitan una mayor distribución de la riqueza, más adecuados programas de asistencia social, el fortalecimiento de la educación en todos los niveles como una prioridad, oportunidad de trabajo, en fin mejores oportunidades de vida en todos los sentidos y para todos.
Los Programas Educativos.
Para las autoridades de la Procuraduría General de la Republica responsables de dirigir el Sistema de Atención Integral de los Adolescentes en Conflictos con la Ley Penal, ”los muchachos malos” no son tan malos. La Dra. Ana Maria Hernández Pimentel, Directora Nacional de los centros de atención, dice confiar en el extraordinario trabajo que realizan a favor de los jóvenes que delinquen. “Para nosotros la mayoria de esos menores pueden cambiar sus vidas. Hay que ver como que aplicamos, se comportan de manera ejemplar”.
De igual modo opina otra funcionaria de la Procuraduría, la psicóloga Ramona Coronado, Coordinadora de la Unidad de redes de Apoyo. Con tono de pedagoga expresa: “Todos tenemos derecho a cambiar, fundamentalmente los adolescentes que están en un periodo en transición. Si comenzamos a trabajar en el seno de la sociedad atacando el problema por la raíz, de seguro que las cosas deben cambiar, porque como decía Bernes: Nacemos príncipes o princesas, pero a veces, el medio o la falta de educación nos convierte en sapo. A la mayor cantidad de esos jóvenes nadie los quiere. Son victimas de victimas, rechazados por todo el mundo. Nosotros tratamos de sembrar valores en ellos, principios, disciplina y amor”.
CONCLUSIÓN
La delincuencia juvenil es uno de los mayores problemas sociales actualmente. Una gran parte de nuestra juventud esta podrida. La mayor parte de los actos delincuenciales son cometidos por menores. No nos extraña escuchar a alguien al momento de relatar un atraco del que ha sido victima, decir “Fueron dos carajitos los que me atracaron”.
Las estadísticas crecen cada día más, lo que muestra que no se logra nada con las medidas tomadas hasta ahora. Seria difícil hablar de mejorar las causas por ejemplo, sociales, debido a la desigualdad económica del país.
Debemos tratar de encontrar por lo menos una forma de mejorar, para poder reducir la delincuencia juvenil, trabajar para el futuro de nuestro país. Nuestros jóvenes futuros hombres y mujeres del mañana necesitan soluciones para corregir lo que aun se puede. Estos jóvenes delincuentes normalmente no tienen buenos finales.
Causas de la Delincuencia Juvenil
Las causas esenciales de la delincuencia juvenil son:
    • Factor Personal: consiste en las anormalidades mentales (idiocia, imbecilidad y retardo), la psicopatía, la psicosis, las desviaciones psíquicas y demás enfermedades mentales, que se encuentran en la mayor parte de los jóvenes delincuentes.
    • Factores Sociales: estos resultan del ambiente familiar o extra familiar; esto es, hogar y medio social.
Otras causas importantes:
  • La falta de una política educativa pendiente a educar y a orientar a los jóvenes hacia un camino correcto en vía al futuro.
  • Los medios de comunicación que a diario acceden y transmiten antivalores, que van destruyendo la moral y la cultura y hacen a nuestros jóvenes que cambien de actitud, para así adoptar una transculturación que va poco a poco destruyendo los principios y valores tanto éticos como morales.
  • La falta de una política de empleo y oportunidades, que le permita a nuestra juventud poder satisfacer sus necesidades de una manera licita, sin la necesidad de recurrir a medios delictivos.
  • La descomposición social de las familias.
  • El abandono por parte de los padres, con los hijos. No comunicación.
  • Consecuencias de la Delincuencia Juvenil
        • El desequilibrio mental es una de las consecuencias mayores que puede dañar a nuestros jóvenes.
        • El contagio de enfermedades mortales, como lo es el VIH.
        • La destrucción de la vida misma.
        • La desintegración familiar o deterioro del núcleo familiar.
        • La promiscuidad sexual y falta de moral.
        • Las muertes prematuras por causa de riñas callejeras.
        • La inseguridad en las calles y barrios.
        • Dan al país y a la ciudad que posee este problema, una imagen de ser un lugar poco educado, inseguro, por consiguiente no apto para vivir o visitar.
        • Recomendaciones
La importancia de esto radica en la atención y comunicación por parte de los padres y/o tutores con sus hijos, asignarles actividades y tareas para crear en cada joven hábito de responsabilidad. Dejarle a cada uno su espacio tanto de recreación como de socialización, observando cuidadosamente lo que hace y con quienes se relaciona el joven que esta bajo su cuidado.
La fomentación de actividades deportivas, que suele ser la mejor alternativa tanto física como mental, para canalizar toda la energía que posee un joven en su adolescencia o pubertad.
Hablarles bien claro a los adolescentes sobre las consecuencias que les traería en su vida y futuro el cometer actos delictivos.
Conocer, cada padre, las amistades de sus hijos, pero sobre todo dar confianza a sus hijos para que estos no oculten problemas que los pueden llevar poco a poco a caer en vicios o decisiones erróneas.
        • Conclusión
Es obvio que debemos prevenir la delincuencia juvenil, y en esto no creo que haya disidentes. El problema está en ver si estamos dispuestos a intentarlo, y más aún, a transformar ese deseo en una verdadera política de gobierno en todas sus implicaciones, pues requiere de la participación de una gran cantidad de sectores, tanto públicos como privados.
La prevención verdadera implica el desarrollo de políticas y programas que permitan una mayor distribución de la riqueza, más adecuados programas de asistencia social, el fortalecimiento de la educación en todos los niveles como una prioridad, oportunidad de trabajo, en fin mejores oportunidades de vida en todos los sentidos y para todos.
En tal sentido afirmamos que si comenzamos reestructurando la sociedad iniciando por el núcleo de todo que es la familia, podemos conseguir disminuir al auge de la delincuencia existente en nuestros jóvenes. 





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